miércoles, 1 de octubre de 2014

Para hacer una buena tortilla, siempre hay que romper algunos huevos

¿Alguna vez has llegado de la universidad hambriento y tu madre no estaba ahí para hacerte ese potaje de lentejas que tanto te gusta? ¿Por fin te has decidido a hacer las maletas, coger la puerta y emprender aquel viaje llamado emancipación pero no tienes ni la más remota idea de lo que es una sartén?
Si es así, o simplemente has llegado aquí porque tienes un mínimo de interés en aquel mundillo llamado cocina, ¡BIENVENIDO!

A continuación vamos a ir presentando una serie de recetas diarias, fáciles, rápidas y muy buenas para que hasta la persona más negada en la cocina sepa desenvolverse un poco, no morir de hambre y permitir a su madre dormir por las noches. 
Esperamos que sea de vuestro agrado logrando poco a poco que vayáis perdiendo ese rechazo y esa pereza a la cocina, transformándola así en entusiasmo e interés.





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